El arte románico
Recopiló: Alejandra Euán
Fue un estilo artístico predominante en Europa durante los siglos XI, XII y parte del XIII. Es considerado el arte cristiano aplicado a todas las manifestaciones artísticas.
Surgió de manera paulatina y casi simultánea en Italia, Francia, Alemania y España. En cada uno de estos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo.
Contexto histórico, político y social
El Románico es el arte de la plena Edad Media y del Feudalismo.
Entre nobles y clero hay pues una estrecha alianza para que sigan siendo mantenidos, por eso las altas jerarquías eclesiásticas son siempre nobles y actúan como señores feudales: poseen castillos y vastas posesiones, siervos, ejércitos y vasallos.
Economía
La economía medieval es una economía natural, sin mercados el único bien rentable es la tierra. Por eso el estilo románico es un arte rural: ermitas pequeñas en el campo, monasterios perdidos en las montañas, iglesias pequeñas en pequeños pueblos. Los ejemplos de románico urbano son pocos aunque es donde están las principales obras.
A partir del siglo XIII la economía crece y el comercio se restablece. La ciudad vuelve a tener importancia y el Gótico será el nuevo arte urbano.
Características generales
· Exaltación religiosa. Una iglesia no es tampoco una bella composición espacial sino una ofrenda a Dios. La iglesia debe ser la plasmación del alma humana: la fachada es lo que primero se ve, y por eso debe ser atractiva, pero el interior debe ser sencillo, fuerte, oscuro y recogido como el alma cristiana.
· Los sistemas arquitectónicos están en manos de los monjes al igual que toda la precaria ciencia medieval. Mediante la escultura y la pintura se pretende educar al pueblo y someterlo, más por el temor a Dios que por la comprensión de su mensaje. Por eso las fachadas románicas poseen a menudo monstruos y animales mitológicos, además de pasajes bíblicos sencillos.
Arquitectura
Arquitectura
La Abadía de Cluny es el primer monumento con todas las características fundamentales del estilo. Estos logros se transmiten desde Cluny a través de todas las vías de peregrinación.
El Templo Románico es el monumento principal de la arquitectura románica. Su planta suele ser de cruz latina, con una o varias naves longitudinales: 1-3-5 y otra transversal o crucero.
La nave central es más alta que las laterales lo que produce al exterior un efecto volumétrico variado. El templo románico se resuelve en un juego de volúmenes geométricos. Los muros sobresalientes de la nave central se perforan por una banda de ventanas que contribuyen a la iluminación del interior.
Las naves laterales tienen en las grandes iglesias, dos pisos para contrarrestar los empujes laterales de la nave central. Este segundo piso hace la función de tribuna y
tiene vanos abiertos a la nave central. Este conjunto de vanos de la tribuna se llama triforio y pasará más esquematizado al Gótico.
En el lugar donde la nave central se cruza con la transversal
suele levantarse una bóveda semiesférica sobre trompas o una cúpula sobre pechinas. Esta bóveda central cubre el cuadrado del crucero y sobresale al exterior con una torre que se denomina
cimborrio, algunas veces rematada por una linterna para ganar altura e iluminación interior.
Otra innovación del Románico es la incorporación del campanario al cuerpo de la iglesia. También a los pies de la nave central suele situarse una pequeña nave transversal a manera de vestíbulo. Si queda incluido dentro de la planta del edificio se llama Nartex y si sobresale de la anchura general se llama Atrio.
Una variedad del templo románico es el templo claustral o monasterio, el cual se organiza en torno a un patio central que está rodeado por un corredor cubierto o claustro sostenido por arcos y columnas.
El templo románico se cubre normalmente con bóveda de medio cañón, que es la traslación de un arco de medio punto. Estas bóvedas se refuerzan con arcos fajones en los puntos de incidencia de los pilares. A veces se utiliza la techumbre plana de madera propia de las antiguas basílicas.
Pero es también corriente el uso de bóvedas de arista, cruce transversal de dos bóvedas de cañón. Las aristas de dicha bóveda se refuerzan con arcos aristones en resalte. Los ábsides se cubren con bóvedas de cuarto de esfera que contribuyen a
contrarrestar el empuje del cuerpo central. Este tipo de bóveda también se utiliza en las capillas laterales y en los absidiolos radiales cuando los hay.
contrarrestar el empuje del cuerpo central. Este tipo de bóveda también se utiliza en las capillas laterales y en los absidiolos radiales cuando los hay.
Todas estas pesadas techumbres de piedra se soportan con gruesos muros, pilares y columnas. En el primer románico encontramos columnas cilíndricas en el interior del templo pero lo más frecuente son los pilares, rectangulares y gruesos, los cuales se complican al adosarse a ellos columnas delgadas, baquetones o pilastras, las cuales sujetan los arcos fajones, forneros o aristones de la bóveda. En iglesias pequeñas lo normal es que el muro grueso, ayudado por contrafuertes o estribos exteriores soporten directamente la techumbre de piedra, sin arcos ni pilares.
La columna románica se utiliza sobre todo como elemento de soporte de las cubiertas menos pesadas: naves laterales, bóvedas de girola o el techo del claustro, pero es en este último cuando la columna adquiere verdadera importancia.
La columna románica es diferente a la clásica: parte de un plinto cuadrado a modo de basa, un fuste liso muy desproporcionado entre grosor y altura y un capitel grande, troncocónico y decorado con temas vegetales, hojas de parra con tallos retorcidos, o temas de animales, frecuentemente figuras monstruosas de animales o personas.
Donde se concentra casi toda la decoración del templo es en la portada La portada es un vano abocinado, con arcos de medio punto rehundidos progresivamente, cada vez más pequeños y denominados arquivoltas. El abocinado de la portada es al revés que en los vanos, los cuales son estrechos al exterior y abiertos al interior para cerrar a las influencias exteriores que perturben la paz del interior (y por razones militares), mientras que en la portada el abocinamiento se abre al exterior como si fuera un embudo que intenta absorber a la gente. Las arquivoltas se decoran con figuras en forma radial con motivos geométricos, vegetales o figurados. Cada arquivolta se prolonga en el muro, el cual también se rehunde con columnas o figuras que hacen la función de jambas. Sobre la puerta se crea un tímpano semicircular que se decora con escultura también y si el dintel es demasiado largo se refuerza con un soporte, columna, pilar o figura, denominado parteluz.
Escultura
La escultura no es simplemente decorativa, tiene otras funciones: resaltar la estructura arquitectónica y transmitir un mensaje religioso y moralizante: esta función didáctica y moralizante de la escultura románica exige que el lenguaje sea directo y descriptivo, y que no se busque la copia de la realidad y la belleza. En este sentido, es un arte cargado de espiritualidad, trascendente y simbólico. Las imágenes son representaciones conceptuales de ideas y no representaciones ópticas, no se proponen la imitación ilusoria de la realidad, están cargadas de religiosidad.
· La frontalidad, la rigidez, el hieratismo y la solemnidad son también rasgos vinculados al arte bizantino. Las posturas inverosímiles y forzadas intentan dar sensación de movimiento.
· Desproporción y deformación anatómica, la ausencia del canon, la falta de armonía en la representación del cuerpo humano.
· Ausencia de individualidad, por lo que los prototipos se repiten.
· Los gestos son severos e inmutables, la emoción y el sentimiento humanos están contenidos.
· La imagen del hombre sufre un proceso de deshumanización. El mundo que interesa representar es el de lo inmutable y espiritual, no el de la estética.
· Las escenas están mal resueltas: las figuras se yuxtaponen y alinean frontalmente sin interrelación entre ellas, y domina la absoluta simetría en la composición.
· Falta de interés por representar el espacio; sólo se alude a él mediante formas estereotipadas.
· El plegamiento de los paños se somete a un esquema geométrico, lineal y angular.
· El relieve es poco profundo, reducido a un plano de fondo y al primer plano. Es un relieve plano, falto de modelado y de volumen, que recuerda los trabajos de orfebrería y de marfil.
· La ley de adaptación al marco, la perspectiva jerárquica y el horror vacuii (cubrir toda la superficie sin dejar espacios libres) son otros dos rasgos definidores de la escultura.
Referencias
E. Valdearcos. 2008. “El arte románico”. Tiempos Modernos, revista de historia moderna. No 2. Disponible en http://clio.rediris.es. ISSN 1139-6237
Fleming. 1971. Arte, música e ideas. Interamericana-McGraw Hill. México.
Zamora. 2010. Todo el románico: románico guías. Fundación Santa María la Real. Centro de Estudios del Románico. España.
Este tema se repite en los tímpanos y se completa con el Tetramorfos: representación simbólica de los cuatro evangelistas: San Marcos es el león, San Juan el águila, San Lucas el toro y San Mateo el ángel, según la visión apocalíptica.
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